Trastorno de ansiedad generalizada
También se conoce como TAG
¿Qué es?
Todos nos sentimos ansiosos de vez en cuando. Es una respuesta normal a los eventos estresantes y cambios grandes de la vida. Pero para algunas personas, la ansiedad no es una emoción ocasional. Sucede intensamente y todo el tiempo, hasta cuando no hay motivo para sentirse ansioso/a.
Esto se llama trastorno de ansiedad generalizada o TAG. TAG es un trastorno de ansiedad caracterizado por preocupaciones incontrolables que interfieren con la vida cotidiana de una persona. Personas con TAG se sienten innecesariamente ansiosos por cosas que no merecen una respuesta de mucha ansiedad. A veces solo pensar en despertar y sobrevivir un día más puede “disparar” un episodio.
Personas que padecen TAG suelen anticiparse a los desastres o catástrofes (sin una buena razón), y se obsesionan con las hipótesis de “¿qué pasaría si?” - ¿qué pasaría si me echan del trabajo?, ¿qué pasaría si mi novio me dejara?, ¿qué pasaría si tengo cáncer? Además de los síntomas psicológicos, muchas personas con TAG experimentan síntomas de ansiedad física también.
El TAG afecta a personas de todos los géneros y edades. Normalmente se establece entre la adolescencia y mediana edad, y ocurre junto a otros trastornos del estado de ánimo como el trastorno de pánico, TOC y depresión. Se calcula que el TAG afecta a casi
6.8 millones de adultos en los EEUU cada año, y es más común entre las mujeres que los hombres.
¿Cuáles son los síntomas?
El TAG se puede aferrar a una serie de situaciones – ir al trabajo, tomar exámenes, ir a citas, salir con amigos, pagar cuentas. Algunas personas experimentan más ansiedad en ciertos ambientes, mientras que otras personas lo experimentan en todas partes. Por ejemplo, es común para niños y adolescentes con la condición de pasar por situaciones que provoquen un episodio relacionadas específicamente a integrarse o caerles bien a sus compañeros. Esto puede incluir caminar por la cafetería de la escuela, participar en clubs o equipos de deporte y subir en el autobús de la escuela.
Síntomas comunes psicológicos incluyen:
- Sentirse continuamente preocupado y temer de las interacciones cotidianas
- Tener problemas de concentración y para terminar el trabajo
- Incapacidad de relajarse y disfrutar actividades
- Constantemente pensar demás en los planes y responsabilidades
- Obsesionarse sobre “lo peor de la hipótesis”
- Sentir un miedo intenso de fracasar
- Tener problemas con tomar sus propias decisiones
- Incapacidad de no pensar más en las cosas y preocuparse menos
- Tener dificultad para dormirse o quedarse dormido
- Tener una sensación de fatalidad inminente
Síntomas físicos comunes incluyen:
- Fatiga
- Temblores
- Sequedad de boca
- Dolor muscular, especialmente en la mandíbula
- Rechinar los dientes
- Falta de respiración
- Sudor
- Náusea, dolor de estómago o síndrome del intestino irritable
- Dificultad para respirar o respirar rápidamente (hiperventilación)
- Nerviosismo
- Irritabilidad
La ansiedad es algo normal de la vida, pero sí puede haber demasiada. Si tu ansiedad está interfiriendo con cosas que son importantes para ti, si está empeorando, te deprime o si está causando pensamientos de suicidio, debes pedir una cita con tu médico.
¿Cuáles son algunas de las señales de alerta comunes?
El TAG se caracteriza por niveles intensos de ansiedad. Por esto, un ser querido con TAG puede demostrar cambios visibles en su apariencia y conducta. Puede que parezcan estar perturbados o nerviosos en ambientes sociales. Tal vez se frustran fácilmente o actúan de manera controladora. Hasta puedes notar síntomas físicos como los temblores, sudor o movimientos nerviosos. Puede que se preocupen en voz alta o expresen sus miedos en tiempo real.
Pero a veces los síntomas son menos obvios. Personas luchando contra condiciones crónicas de salud mental pueden aprender a ocultar su dolor de otras personas. Es posible aparentar que están bien, mientras que estén enfrentándose a dificultades mentales en secreto. Es importante recordar que las condiciones de salud mental son enfermedades invisibles. Solo porque algunas personas muestran síntomas externos, no quiere decir que todos lo harán.
Si crees que una persona en tu vida puede tener TAG, presta mucha atención a cómo les va en diferentes áreas de su vida. ¿Están evitando situaciones sociales más? ¿Parecen estar privados de sueño? ¿Has notado un cambio significante en las cosas que los hace preocupar o en la frecuencia en que expresan estas preocupaciones? ¿Les cuesta mantener su trabajo? Si es así, puede que estén teniendo dificultades con un trastorno de ansiedad y deberías buscar tiempo para hablar con ellos sobre sus síntomas.
¿Qué causa este trastorno?
La causa exacta del TAG es desconocida. Los médicos creen que hay un rango de factores que desempeñan un papel en su desarrollo, incluyendo:
- La genética: Ciertas personas son más propensas a desarrollar trastornos de ansiedad si hay un historial familiar.
- Circuitos/químicas cerebrales: Los trastornos de ansiedad han sido vinculados a actividad en un área del cerebro llamada la amígdala. La amígdala alberga la respuesta de lucha y huida. Se piensa que las personas en el espectro de trastornos de ansiedad pueden tener amígdalas hiperactivas o que fallan. Aprende más aquí. También pueden haber otros problemas, como hormonas de estrés que fallan (como el cortisol y la adrenalina) o sistemas disfuncionales de serotonina. Todos estos problemas son parte del eje hipotálamo-pituitaria-general - un sistema complejo de interacciones que ocurren entre el hipotálamo, la glándula pituitaria y las glándulas adrenales.
- Un trauma del pasado: Se piensa que las experiencias traumáticas impactan la probabilidad de desarrollar trastornos de ansiedad más tarde en la vida. Por ejemplo, alguien que fue criado en un hogar turbulento puede ser más ansioso que alguien que fue criado en un hogar alentador.
- Ambiental: Estar en ambientes de alto estrés por largos periodos puede provocar trastornos de ansiedad.
¿Cómo se trata?
Existen dos métodos principales de tratamiento para el TAG – psicoterapia y medicamentos. Un estilo de vida con hábitos sanos también puede ayudar. Mantener una dieta equilibrada, un horario de sueño de 8 horas, un régimen de concientización (como el yoga, la meditación o clases de arte terapia) y mantenerte físicamente activo pueden disminuir la intensidad de los síntomas. Sin embargo, para muchas personas con una ansiedad prolongada, estos ajustes no son lo suficiente para solucionar el trastorno.
La psicoterapia más popular para tratar el TAG se llama la terapia cognitivo conductual (TCC). La TCC es un modelo terapéutico que desafía los patrones negativos del pensamiento y conducta. Se basa en la idea que nuestras actitudes impactan considerablemente la manera en que pensamos y nos comportamos. Durante la TCC, un terapeuta te ayudará a reemplazar los patrones negativos del pensamiento y conducta con unas más positivas, con el objetivo de gestionar mejor las preocupaciones y miedos.
Los ISRS, o inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, son una forma de medicamentos antidepresivos utilizados para tratar la depresión y condiciones de ansiedad. Funcionan mejorando la actividad de serotonina natural del cerebro con la esperanza de aumentar los niveles de alegría y placer. Los ejemplos más conocidos incluyen Lexapro, Prozac, Paxil y Zoloft.
Sin embargo, los ISRS no son los únicos tipos de antidepresivos. Opciones alternativas como los IRSN o inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y norepinefrina, antidepresivos atípicos, antidepresivos tricíclicos e inhibidores de monoamina oxidasa (IMAO) pueden ser una mejor opción para algunas personas. En algunos casos, un doctor puede recetar un estabilizador del estado de ánimo o antipsicóticos además de un antidepresivo.
Una alternativa a los antidepresivos son medicamentos anti-ansiedad conocido como los benzodiacepínicos (por ejemplo Klonopin, Ativan, Xanax, etc.) Normalmente, estos se usan para aliviar la ansiedad a corto plazo y no es recomendado para personas que luchan con problemas de abuso de sustancias ya que pueden conducir a una adicción física.
Es importante recordar que el plan de tratamiento es personalizado. Si estás buscando ayuda, asegúrate de trabajar de uno a uno con un doctor para crear un plan adaptado a tus necesidades. Solo porque un medicamento o terapia ayuda a que alguien se recupere, no quiere decir que será la solución correcta para ti. Nunca te sientas culpable por pedir ayuda, de tomar medicamentos o de ir a terapia. Cuidar de tu salud mental es algo productivo y valiente.
¿Cómo puedo ayudar a un ser querido con TAG?
Puede ser difícil saber cómo reaccionar cuando alguien a quien quieres no está bien. ¿Querrán hablar, o prefieren mantener sus experiencias privadas? ¿Los estarás alejando si tocas el tema?
No hay respuestas sencillas a estas preguntas. Cada persona gestiona su salud mental de forma diferente. Dicho esto, todos queremos sentirnos amados y apoyados. Demostrarle a alguien que estás comprometido en su bienestar puede hacer un mundo de diferencia. He aquí algunas maneras de cómo hacerlo:
- Edúcate: Infórmate sobre los síntomas, opciones de tratamiento y recomendaciones de vivir sanamente. Trata de comprender por lo que está pasando tu ser querido, así puedes estar preparado para tocar el tema. Esto también hará que seas un valioso recurso a la hora de encontrar un tratamiento.
- Promueve vivir santamente: Dormir bien, comer comidas nutritivas, estar activo y limitar el uso de sustancias pueden marcar un punto de inflexión para alguien con TAG. Si están rodeados de personas que promueven este estilo de vida, son más probables a crear sus propios hábitos sanos. Prueba a inscribirte a una clase de fitness juntos o de cocinar en casa usando ingredientes sanos.
- Aboga por el tratamiento: Pedir ayuda puede ser difícil. El estigma social a menudo no deja que las personas hablen de sus síntomas. Apoya a tu ser querido ayudándolos a investigar diferentes métodos de tratamiento o doctores en el área. Si quieren, puedes ir a algunas sesiones con ellos. Recuérdales que no hay nada raro con tener ayuda y que estás orgulloso de ellos por seguir adelante.
- Escucha: Es común para las personas luchando contra la ansiedad de sentirse solos. Busca tiempo para tener conversaciones significativas. Pregúntales cómo están. Deja que hablen y asegúrate de no descartar sus emociones. No es tu trabajo de arreglarlos, solo de estar presente.
- No les digas que se calmen: A menudo a personas con ansiedad se les dice “supéralo”, “no te preocupes tanto” o “cálmate”. Estas frases pueden descartar sus sentimientos y no ayudarán a que se disminuyan sus síntomas. Deja que se desahoguen sin juzgarlos.
- Sé paciente: No te lo tomes mal si te atacan verbalmente, si no responden a tus textos o si se socializan menos. Ellos están luchando contra algo que es muy difícil superar. Su distancia no tiene nada que ver con la persona que eres. Sigue estando presentes para ellos aún cuando parezca que no ayuda en nada. Este simple detalle les dejará saber que tienen a alguien en su vida que se preocupa.
¿Qué otros recursos existen?
¿Quieres aprender más, encontrar un médico, unirte a un grupo de apoyo o hablar con un consejero? Los siguientes recursos podrían ayudar:
- Crisis Text Line
- BetterHelp
- Psychology Today Directory
- American Psychiatric Association
- Medicaid Eligibility Information
- Open Path Collective
- Resources for POC, LGBTQ+ and disabled individuals
- Anxiety and Depression Association of America
- National Network of Depression Centers
- Medicine Assistance Tool
- NeedyMeds
- Erika's Lighthouse
- Anxiety Network
- Anxiety Central Forums
- Social Anxiety Association
- National Social Anxiety Disorder Center
- Social Anxiety Institute
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